Ha sido una de las estancias más agradables y bonitas que mi pareja y yo hemos vivido. Un paraje único en plena montaña de Monsanto, rodeados de naturaleza y caminos donde perderse horas haciendo senderismo. El espacio que ha creado Dulce es fantástico y no le falta ningún detalle. Tomar el desayuno admirando la belleza del lugar y con productos de la tierra recién cogidos por Dulce es un regalo, pasear por sus olivos, naranjos, un gran espacio que está perfectamente acondicionado para relajarse y disfrutar del entorno, la naturaleza y los animales, sus perritos son lo más!
Las habitaciones muy amplias, espaciosas,y con productos naturales para la ducha. Un sitio respetuoso con el medio ambiente y creado pensando en cuidarlo al máximo. Todas las habitaciones con mosquitera tanto en la puerta como en la cama. Un lugar unico donde se cuida cada detalle para nuestro bienestar y el de nuestro planeta, me ha fascinado, volveré.